domingo, 2 de enero de 2011

MÉXICO

Que por la mañana mi café de olla y unos chilaquiles bien picosos pa´ la cruda, por la tarde unos frijolitos con chile macho y queso fresco con su coca bien fría, y por la noche, ya con los compas, la cerveza y un tequilita pa´ que amarre, con esa guitarra vieja y los limones, con esas rasposas y desentonadas voces cantándole al cielito lindo, con los poetas sin tiempo, sin escritos, sin vino y sin whisky, sin su tristeza suicida ni sus platónicos amores, si no con sus sinceridades, con sus chuladas y sus netas, riéndose de la muerte con sus amigos, que digo amigos, hermanos!!!, a dar sus serenatas con mariachi a las tres de la mañana, mi México con todo y sus bigotonas, sus panzones, sus lloronas… con su sabor a chile y a nopales, con sus guajolotas… festejando las victorias de guerras que no ganamos, pero tampoco hemos perdido, porque esta con personas que nada mas no se rinden, que nada mas no se dejan…
Por eso me quedo con mis palomazos, mis huapangos, mis catrinas y mi flor de cempasúchil, con mis “¡¡viva México cabrones!!”...viva México… con mis dos pesos de tortilla y “chile de amor” por que “no hay pal gas”, con mis botas desgastadas, mi cámara vieja que me aguanto todas estas imprudencias, con mi pluma y mi lápiz, mis cuadernos maltratados y mis libros de segunda mano, caminando en la mañana con mi café en una mano y quince pesos en la bolsa de mi pantalón, y una vos que me pregunta, a dónde vas?... voy hacia el sol…

Y que viva México y que muera el mal gobierno, y las malas costumbres, los malinches, los que dicen que México está jodido y no lo ayudan, los que reniegan de un México ignorante, pero no lo educan, del México pobre, del México hambriento, con saldos rojos y machismo, pero no lo salvan, no intentan rescatarlo y se largan, y le dan la espalda… está bien, lárguense entonces… que aquí estoy yo pa´defenderlo, pa´educarlo, pa´cambiearle el machete por libros, los balazos por cultura, pa´mostrarle su historia verdadera que si no conoce estará condenado a repetirla, y que se enamore de sus costumbres, de su día de muertos, de sus serpientes emplumadas, de su champurrado y su petate, de sus chínelos; pa´que enterremos de una ves a todas nuestra muertas en Juárez haciéndoles justicia, amarrémosle las manos a nuestros sicarios, que de poco asesinan a nuestro México, desahuciemos a la corrupción, que para eso solo falta educar a nuestros niños, a nuestros jóvenes, a nuestro México puberto…

Que viva México, ese México que me deja andar por sus calles con mis pantalones rotos, labios resecos, cabello enmarañado y ese tenue olor a café y tabaco que se desprende de mi saco, que me deja andar aun con mi mala prosa, con mi poesía barata, agridulce, de cabaret, mis cuentos morbosos, obscuros, obscenos, enfermos, destilando veneno… que me ama como yo lo amo aun con mi esquizofrenia y mi pata de palo, mi ojo malo, y mi brazo manco, porque yo soy su gente, soy su cólera y su felicidad, soy su extranjero, soy su enfermedad…

Que viva esa mañana don de una vieja se me acerco con un costal de elotes a cuestas, y angustiada me pregunto, “¿ y ahora que le hicieron a mi amado?” y yo le respondí, “le hicieron una gran fiesta con confeti y papel picado, con música de mariachi, con tequila y limones, con tortillas y mole, con chile macho, con putas y con santas, con amor por el…”

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